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domingo, 3 de enero de 2010

Diario de un becario sin salario


Acabó el 30 de diciembre la labor como becario en Estadio Deportivo. Primera experiencia laboral en el mundo del periodismo. Han sido tres meses singulares, y por otro lado contradictorios. Más de noventa días de sensaciones enfrentadas, por un lado el regocijo y por otro el hastío. ¿Si volvería a repetir? Quizás sí, puede que no. Desde que allá por octubre pisara por primera vez la redacción de este periódico deportivo de ámbito sevillano, mi vida ha sido un tanto extraña. Pero sin duda alguna lo que más me ha atosigado de mi estancia en la redacción ha sido la ausencia de tiempo libre. Despertarte a las ocho y media de la mañana para estar en el periódico a las 10. Salir sobre las dos y media de la tarde para empezar las clases a las tres y media, para luego acabar sobre las 19:30 o las 21:00 horas. Llegar a casa totalmente rendido, tirando la toalla tras un día agotador en el que realmente no has ejecutado tus sueños. Porque la utopía de uno, la fascinación de un estudiante de periodismo es la de entrevistar a sus ídolos, de mantener contacto directo con el mundo del deporte. Pero las cosas han sido bien distintas. Largos fines de semana llamando a equipos perdidos en la provincia sevillana para que te informaran sobre la alineación del Pedrera o La Lantejuela (con todos mis respetos). Mi mortificación llega con la compensación económica recibida por estos tres meses: cero euros. Las gracias actualizar la página web todas las mañanas y poco más. Luego está el aguantar como tus 'compañeros' de redacción te miran con superioridad, como si fueran los dioses de un olimpo que a ellos les está igual de restringido que a mí. Observar como tus capacidades intelectuales son baldías, caen en saco roto, a pesar de ser mejores desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo que las de otros redactores. La elección de realizar las prácticas durante el curso me han hecho parecer un hombre lánguido y flácido cada día desde octubre a diciembre.

Los peores días de angustia han llegado con estas prácticas no remuneradas. He dudado, sigo dudando. No tengo claro si el ámbito profesional del periodismo es el acicate que necesito en mi vida. Una ardua y exigente tarea sin duda la de informar. Recoger teletipos de EFE, volverlos a elaborar o comunicar cada día noticias frente a la gélida pantalla del ordenador no despertaban en mí una pasión inusitada. Sé que los comienzos son difíciles, que desde primera hora no te van a poner al lado de Manolo Lama, pero es que en junio la licenciatura quedará finiquitada, con más incertidumbre y titubeos que nunca. Desencantado con una labor que años atrás pensé que me iba a reparar más triunfos que tribulaciones. Retomar la idea de ejercer el profesorado, me asalta la cabeza los últimos días.

Pobre becario. Las tareas más míseras, etéreas que nadie quiere se las encomiendan a su persona. Él que desea con todas las fuerzas alzar la voz y decir: "dejadme demostrar mi valía", como si se tratara de un deportista inquieto por la falta de minutos de que dispone. En fin, comienza una nueva vida aunque parezca esto más bien una hipérbole. Volver a recuperar el disfrute por placeres aparcados durante estos meses: lectura, visionado de películas, poder escuchar música a sabiendas de que no tendré que irme a la cama temprano para madrugar, o la vida en pareja; con la que las discusiones han aumentado en los últimos tiempos a causa de la extrema fatiga. Estadio Deportivo, gracias y adiós. O hasta luego si las condiciones y las circunstancias son otras. Puedo afirmar de forma tajante e indudable que durante los seis meses que nos quedan de carrera dudo que me incorpore a una empresa como becario en prácticas. Cuestión de horarios y evocaciones. Cuando tenga la mente transparente y despejada volveremos al mundo laboral. Sólo así podré entender como devoción lo que durante tres meses se ha convertido en un obligación frustrante.

2 comentarios:

  1. Compañero de prácticas, me uno a tus palabras una por una. Y ya no por el tema de 'reescribir' lo que hacen otros, sino por el cansancio, tanto físico como mental, que hemos padecido estos meses.
    La vida del becario es dura, pero dicen que hay que probarlo todo en esta vida. Yo ya he probado lo que son unas prácticas a la par que se está estudiando y sólo puedo decir una cosa: "nunca mais".

    P.D. Echo de menos a Enrique Peón, el entrenador del Camino Viejo...

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  2. Todavía no he tenido el placer o depués de leer tu entrada,la agonía de que abusen de mi en una redacción pero algún día podré comprobar lo que dices. La ilusión sólo la pierdes si te dejas influenciar por el contexto y entorno. Como tu dices nadie dijo que los principios fuesen fáciles y comprobando un sitio y otro podremos decidir que queremos hacer con el resto de nuestra vida. Ahora con las nuevas tecnologías podemos expresarnos libremente en internet y quizás seas la proxima revelación en el ámbito deportivo.

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