LA PELÍCULA DEL LUNES

El Pianista, de Roman Polanski

MÚSICA PARA PASAR LA JORNADA

James - Hey ma

EL LIBRO DE LA SEMANA

El Mundo - Juan José Millás

LA FRASE DEL DÍA

"El que puede tener paciencia puede tener lo que quiera" - Benjamin Franklin

martes, 27 de octubre de 2009

Anodino futbolista, mejor cantante


No suelo escuchar la radio por las mañanas. Empero, por temas laborales, me veo obligado cada mañana a soportar media hora de trayecto en mi pequeño pero confortable automóvil. El aburrimiento mata. Tal es el grado de tedia que puede llegar a sentir una persona, que dedica el tiempo a asuntos anodinos, por ejemplo, escuchar Hoy por hoy, programa de la Cadena Ser que siempre me ha parecido largo en demasía y que tampoco me exalta sobremanera.

Pero ir cada mañana a la redacción de Estadio Deportivo a realizar las prácticas como becario, tiene su vertiente positiva. Y es que gracias a sintonizar cada mañana el espacio de Carles Francino (eso sí, tras escuchar las bromas de ¡Anda Ya!), he conocido a un cantante brasileño con una curiosa historia. Un nombre que a los lunáticos del fútbol quizás les suene de antaño, Gustavo Almeida, otrora futbolista del Celta de Vigo.

Nacido en Río de Janeiro y pontevedrés de adopción, Almeida dejó el fútbol hace once años, para dedicarse de lleno a una de sus pasiones, la música. Con su primer disco consiguió vender más de 2.000 discos (algo loable sí tenemos en cuenta que se trata de un músico independiente), llenado salas de gran prestigio a nivel nacional e internacional.

"Cabaña", segundo disco del artista, que se presentó en 2008, hace referencia a que Almeida se considera un "albañil de la música". En palabras del cantante: "Todo lo que he conseguido ha sido por mí mismo, No tengo ningún equipo detrás. Soy consciente de que mis cds donde más se venden es en mis conciertos. Me enorgullece haber tenido que piratearme, ya que se acabaron las copias originales", declaraba en la 103.2 de la FM el brasileño.

Reggae, rock, baladas... tanto en castellano como en portugués. En un estilo que tira hacia el funk y en el que se le nota la influencia armónica y melódica de Brasil. Pero Gustavo Almeida es un músico diferente. Intenta hablar de cosas no corrientes. En sus letras no tienen cabida el empalagamiento, el "te quiero mucho", "volvamos juntos" o "lo estoy pasando mal". Como él mismo confesaba, rechaza completamente la apología a la cultura de de la dependencia humana como "sin ti yo no valgo nada".

Así pues, sí tienen ocasión, presténle un oído a "Cabaña", donde incluso hay una colaboración con Jorge Vercillo, uno de los cantantes más consolidados en Brasil y que ha vendido la friolera de cinco millones de discos. En el programa tan de moda, ese Spotify gratis que no deja de anunciarte que lo puedes adquirir pagando para eliminar los anuncios, a buen seguro podrán disponer de él.
Como futbolista eras olvidable, jamás te hubiese fichado para mi equipo, pero como cantante te daré una nueva oportunidad.


jueves, 15 de octubre de 2009

Hasta luego, Enric

A los caballeros, a las damas. A los adolescentes, a los críos y a la fauna animal. A los hijos del rock and roll, bienvenidos a este apasionante blog.
Soy un hombre o un proyecto de él como casi todos los demás; me apasiona el fútbol, ese deporte que significa algo más que veintidós hombres corriendo detrás de una pelota como lo califican algunos. Así que no quería desaprovechar mi primera entrada para dedicarme al balompié, que en los últimos tiempos, dicho sea de paso, no deja de darme disgustos (sí, soy aficionado del Betis).

Por causas aún desconocidas, Italia me entusiasma, concretamente el calcio. El país transalpino siempre ha sido cuna de grandes futbolistas... y de mafiosos. Desde este humilde espacio aprovecho para darle las gracias a Enric González, hasta hace poco periodista de El País. Y es que gracias a él he podido disfrutar en los últimos días de un libro maravilloso, Historias del calcio. Llevaba tiempo intentando conseguir un ejemplar de la citada obra, pero por una u otra razón, no me había aventurado a comprarlo. Pero como uno tiene la suerte de estar con una chica pura de corazón a la vez que sevillista, mi pareja me lo regaló ante mi sorpresa extrema al ser en el día de hoy mi cumpleaños.

Historias del calcio está compuesto por una serie de pequeños relatos, publicados en El País entre 2003 y 2007, para formar una crónica desordenada y tragicómica de la sociedad italiana, capaz de perdonarlo todo, menos el mal gusto y una derrota en un derbi.

Los italianos se consideran los inventores del fútbol, deporte al que llaman calcio (patada), como las batallas campales con balón nacidas en la Florencia medieval, y han desarrollado en torno a él muchas de sus características políticas, económicas y sociales. El calcio contiene altas dosis de violencia, pasión, fraude, dinero y disparate. Pero es también un complejo mecanismo de símbolos, un código social y, en último extremo, un lenguaje con el que un país antiguo y escéptico expresa su vieja sabiduría.

Tras leer con gozo y satisfacción el libro, quiero conocer algo más de Enric González. Cuál es mi sorpresa al descubrir que este mismo año, hace cuestión de meses, lo 'castigan' y 'despiden' del diario El País. El motivo: una columna escrita en abril en la que ataca indirectamente a los dueños del periódico, la cual el director se negó a publicar. A partir de una crítica global contra el sector empresarial, el bueno de Enric parecía cargar contra el suyo propio: "Uno lo ve todo negro. No quiero ponerme en lo peor, pero cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños". Para sacarle del puesto que ocupaba, los mandamases le encomiendan otro bien distinto: corresponsal en Jerusalén, algo nada extraño para alguien que ha ejercido como tal en Londres, Roma, París o Nueva York.

Desde el diario se vio la firma como un ataque directo. La fecha en la que columna debería haber salido a la luz pública, tuvo lugar una asamblea en la que los empleados de El País se mostraron contrarios a una reducción de sueldos, una de las medidas que se barajaban en PRISA para hacer frente a la crisis.

Empero, González dedicó alguna que otra puya al director del diario: "La dirección considera que conviene aprovechar al máximo el espacio de papel y que estas líneas serían de mayor provecho si se dedican a la televisión". El periodista catalán, fiel hincha del Espanyol se despedía de sus lectores habituales de forma escueta:
"En fin este cronista lleva unos cuantos años, seis o siete, escribiendo regularmente en las páginas de Deportes. Pese a ello, han seguido siendo las páginas mejor escritas del periódico. Ha sido un honor firma junto con los mejores profesionales del género, pero no conviene abusar. El cronista se toma una pausa, más o menos larga. Gracias por la paciencia. Hasta luego".

Jarro de agua fría para los futboleros, para aquellos que aman ese lugar donde la palabra y el balón caminan juntos de la mano. Hasta nuevo aviso, su columna en la antepenúltima de El País, ese rincón para el escépticos, no volverá a publicarse. Ni los éxito de lectores ni los premios obtenidos han sido suficientes para manterle en una seccion incómoda para Prisa desde la que González disparaba cada día con elegancia a su propia corporación en su espacio 'Cosa de dos', donde escribía más o menos de lo que quería con un tono mordaz y cínico. Anteriormente, deleitaba los lunes con 'Cenizas de fútbol'. González consideró que "no hay que preocuparse si desaparece del periódico alguna información, cada uno tiene la suya. Hace falta más información y, dentro de mis posibilidades, en mi nuevo destino, intentaré conseguirla, comprenderla, escribirla y publicarla", a modo de despedida.

En fin, querido Enric, te acabo de conocer... y ya te echo de menos.

http://www.caspa.tv/archivos/001261.html (ENTREVISTA A ENRIC GONZÁLEZ)