No suelo escuchar la radio por las mañanas. Empero, por temas laborales, me veo obligado cada mañana a soportar media hora de trayecto en mi pequeño pero confortable automóvil. El aburrimiento mata. Tal es el grado de tedia que puede llegar a sentir una persona, que dedica el tiempo a asuntos anodinos, por ejemplo, escuchar Hoy por hoy, programa de la Cadena Ser que siempre me ha parecido largo en demasía y que tampoco me exalta sobremanera.
Pero ir cada mañana a la redacción de Estadio Deportivo a realizar las prácticas como becario, tiene su vertiente positiva. Y es que gracias a sintonizar cada mañana el espacio de Carles Francino (eso sí, tras escuchar las bromas de ¡Anda Ya!), he conocido a un cantante brasileño con una curiosa historia. Un nombre que a los lunáticos del fútbol quizás les suene de antaño, Gustavo Almeida, otrora futbolista del Celta de Vigo.
Nacido en Río de Janeiro y pontevedrés de adopción, Almeida dejó el fútbol hace once años, para dedicarse de lleno a una de sus pasiones, la música. Con su primer disco consiguió vender más de 2.000 discos (algo loable sí tenemos en cuenta que se trata de un músico independiente), llenado salas de gran prestigio a nivel nacional e internacional.
"Cabaña", segundo disco del artista, que se presentó en 2008, hace referencia a que Almeida se considera un "albañil de la música". En palabras del cantante: "Todo lo que he conseguido ha sido por mí mismo, No tengo ningún equipo detrás. Soy consciente de que mis cds donde más se venden es en mis conciertos. Me enorgullece haber tenido que piratearme, ya que se acabaron las copias originales", declaraba en la 103.2 de la FM el brasileño.
Reggae, rock, baladas... tanto en castellano como en portugués. En un estilo que tira hacia el funk y en el que se le nota la influencia armónica y melódica de Brasil. Pero Gustavo Almeida es un músico diferente. Intenta hablar de cosas no corrientes. En sus letras no tienen cabida el empalagamiento, el "te quiero mucho", "volvamos juntos" o "lo estoy pasando mal". Como él mismo confesaba, rechaza completamente la apología a la cultura de de la dependencia humana como "sin ti yo no valgo nada".
Así pues, sí tienen ocasión, presténle un oído a "Cabaña", donde incluso hay una colaboración con Jorge Vercillo, uno de los cantantes más consolidados en Brasil y que ha vendido la friolera de cinco millones de discos. En el programa tan de moda, ese Spotify gratis que no deja de anunciarte que lo puedes adquirir pagando para eliminar los anuncios, a buen seguro podrán disponer de él.
Como futbolista eras olvidable, jamás te hubiese fichado para mi equipo, pero como cantante te daré una nueva oportunidad.
Pero ir cada mañana a la redacción de Estadio Deportivo a realizar las prácticas como becario, tiene su vertiente positiva. Y es que gracias a sintonizar cada mañana el espacio de Carles Francino (eso sí, tras escuchar las bromas de ¡Anda Ya!), he conocido a un cantante brasileño con una curiosa historia. Un nombre que a los lunáticos del fútbol quizás les suene de antaño, Gustavo Almeida, otrora futbolista del Celta de Vigo.
Nacido en Río de Janeiro y pontevedrés de adopción, Almeida dejó el fútbol hace once años, para dedicarse de lleno a una de sus pasiones, la música. Con su primer disco consiguió vender más de 2.000 discos (algo loable sí tenemos en cuenta que se trata de un músico independiente), llenado salas de gran prestigio a nivel nacional e internacional.
"Cabaña", segundo disco del artista, que se presentó en 2008, hace referencia a que Almeida se considera un "albañil de la música". En palabras del cantante: "Todo lo que he conseguido ha sido por mí mismo, No tengo ningún equipo detrás. Soy consciente de que mis cds donde más se venden es en mis conciertos. Me enorgullece haber tenido que piratearme, ya que se acabaron las copias originales", declaraba en la 103.2 de la FM el brasileño.
Reggae, rock, baladas... tanto en castellano como en portugués. En un estilo que tira hacia el funk y en el que se le nota la influencia armónica y melódica de Brasil. Pero Gustavo Almeida es un músico diferente. Intenta hablar de cosas no corrientes. En sus letras no tienen cabida el empalagamiento, el "te quiero mucho", "volvamos juntos" o "lo estoy pasando mal". Como él mismo confesaba, rechaza completamente la apología a la cultura de de la dependencia humana como "sin ti yo no valgo nada".
Así pues, sí tienen ocasión, presténle un oído a "Cabaña", donde incluso hay una colaboración con Jorge Vercillo, uno de los cantantes más consolidados en Brasil y que ha vendido la friolera de cinco millones de discos. En el programa tan de moda, ese Spotify gratis que no deja de anunciarte que lo puedes adquirir pagando para eliminar los anuncios, a buen seguro podrán disponer de él.
Como futbolista eras olvidable, jamás te hubiese fichado para mi equipo, pero como cantante te daré una nueva oportunidad.