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jueves, 31 de diciembre de 2009

Las campanadas más sonadas de la historia

Llegamos al final de 2009. Un año que a nivel personal no ha sido demasiado satisfactorio. Pero no es el propósito de este blog de hablar sobre penurias y congojas, para eso ya tenemos El Diario de Patricia o Hablar por Hablar. Esperando que el nuevo año nos traiga felicidad, salud y dinero (qué típico ha sonado todo), despidamos el 2009 con una sonrisa, poniéndole al mal tiempo buena cara. Humor ahora, porque hace 20 años más de un español acabó el año furioso, enojado con una presentadora canaria de nombre Marisa y apellido Naranjo.

En la nochevieja de 1989 la Dirección de TVE asignó las campanadas de fin de año a Marisa desde la Puerta del Sol de Madrid. Últimos minutos del año en el que Ken Follet publica Los Pilares de la Tierra. Las familias, uvas en mano, se agolpan frente al televisor. En aquel momento, las televisiones privadas sólo eran un proyecto a punto de ponerse en marcha, por lo que Televisión Española concentraba toda la audiencia. Marisa Naranjo, la voz de las campanadas durante años, al micrófono. Entonces pasó lo que nadie esperaba. Un problema de coordinación entre las imágenes y la locutora, que se encontraba en una habitación sin conexión con el exterior, provoca uno de los errores televisivos más sonados de la historia de nuestro país. La presentadora equivoca los cuartos con las campanadas, indicando que sonaban los cuartos cuando las campanas ya habían comenzado, logrando que toda España entrara en el nuevo año sin tomar las uvas a tiempo. Toda una larga carrera profesional para ser recordada por su error, lo que obligó a las cadenas a tomarse con seriedad la retransmisión anual de las doce campanadas.

Las boquitas de los contribuyentes trinaban con la metedura de pata garrafal de Marisa Naranjo. Las llamadas y cartas (entonces no existían los sms ni los e-mails) inundaron la redacción de TVE y de todos los periódicos. Sin un monitor, Marisa tuvo que guiarse por su intuición para orientar a los espectaores; unas campanadas oídas "a pelo" en medio de la juerga colectiva.

Que esta noche no se repita la confusión. Que todo ciudadano este país, independientemente de su condición sexual, raza, edad o religión puedan tomar las uvas, cacahuetes o lacasitos con tranquilidad y en el momento oportuno. Feliz y próspero año nuevo.


jueves, 17 de diciembre de 2009

Il Divo


El día que cayó un mito. Fue un 30 de mayo de 2009, en la localidad gaditana de San Fernando. A mediodía, cuando disfrutaba de unos encomiables filetes de pollo, nada ni nadie parecía presagiar el fatal desenlace que se desencadenaría horas después. Aprovechando la visita de Andreu Buenafuente con su Terrat Pack al Pabellón Bahía Sur y que un compañero de clase (y mejor amigo) reside en la citada localidad, emprendí el viaje hacia tierras cañaillas junto a otro inquilino de la Facultad de Comunicación, también admirador de Buenafuente y de toda su parafernalia (Chikilicuatre, El Neng...).

Para más inri, y tras sobornar a los porteros (tan propio de los estudiantes) conseguimos acceder al estadio de Chapín por la módica cantidad de diez euros para presenciar el Xerez-Eibar, un partido que prácticamente colocó a los azulinos en la Primera División del fútbol español. Tras disfrutar con el jolgorio de la afición xerecista y con unas pintas de travestis de una película de Almodóvar, nos dirigimos a comprobar las excelencias humorísticas de Buenafuente, Berto Romero, Corbacho y Jordi Évole, 'El Follonero'.

Los monólogos, superlativos. Grandes dosis de carcajadas. Un final con un número de magia sencillamente soberbio. Una entrada cara pero una buena inversión. Tras la actuación, nos dirigimos a los camerinos para ver de cerca a nuestros 'ídolos'. Y ahí llegó la hecatombe. Lamentable un Andreu Buenafuente, uno los gurús de la televisión actual, que se colocó tras dos guardaespaldas a cual de ellos más amenazante y que se escudó en su cansancio para no hacerse fotos ni firmar autográfos. Andreu, aunque seas catalán, he de recordar que las firmas y las fotografías son gratuitas. No hay que pagar un peaje ni nada por el estilo. De referencia a quedar como ególatra. Sigamos desglosando. Berto Romero más de lo mismo. Sorprende cómo un chico que ha llegado a la televisión hace tres días muestre tales aires de superioridad y grandeza. Un díscolo en toda regla. Corbacho: un tipo genial. Un ser humano que te baja la ventanilla de su coche, donde viajaba en la parte trasera acompañado de una muchacha de buen ver, sólo merece calificación positiva. Sin rehusar en ningún momento a fotografiarse a pesar de la presión de los 'matones de discoteca' y entablando conversación con todo aquel que le cuestionara. El humor y la simpatía por bandera. Bravo por Corbacho. Por último, 'El Follonero', otro tipo entrañable, que se muestra tal y como es en la pequeña pantalla. No perdió la compostura en ningún momento a pesar de esos cánticos que se escuchaban de "Follo, follo, follo, esta noche follo", manteniendo los pies sobre tierra sólida y no volando en otro planeta de fantasía e irrealidad como en el que viajan Buenafuente y Berto.

Andreu, te voy a llamar así porque hay confianza después de tantos años siguiéndote. No desprecies al espectador, al seguidor de tus andanzas. Continuaré observando tu programa como hago desde hace años, riendo con tus ocurrencias, chistes, ingenio y tu sublime ironía. Sin embargo, a partir de ese día, ya te miro con otros ojos, con la mirada del que se siente despreciado.


martes, 24 de noviembre de 2009

La mariposa vuela en el cielo

Desde que se introdujo en el mercado de la prensa española, mantengo una relación especial con el diario Público. Al principio ojeaba sus páginas con recelo, fruto de la abundancia de temática política que contenía. Pero tras ir comprándolo un viernes tras otro, uno se acostumbra y le encuentra el gusto hasta a las cosas más amargas. Dicho de otro modo, me satisfacen suficientemente las páginas de cultura y ocio de este diario joven, que ofrecen unos contenidos alternativos e independientes a los que otros grandes medios no dedican cobertura (léase El Mundo, El País...). Pero no, no desembolso cada viernes 1,50 euros para leer la sección cultural (algo que podría hacer a través de Internet). La verdadera razón por la que acudo al quiosco cada quinto día de la semana es porque Público 'regala' unas maravillosas películas, pocas conocidas para el gran público y alejadas del mainstream hollywoodiense (que sí aprovecha ABC en su edición de los domingos). Gracias a esta cultura 'diferente' que nos da a conocer Público, pude visionar una película de origen francés que me encandiló, La escafandra y la mariposa, que esconde una historia de superación y aferramiento a la vida sobrecogedora.

El film gira en torno a la vida de Jean-Dominique Bauby, carismático redactor de la famosa revista Elle, que en 1985, a la edad de 43 años, sufre una embolia cerebral. Tras 20 días en coma consigue despertarse con unas graves e irreversibles secuelas, se ha quedado totalmente paralizado. No puede moverse, ni hablar, ni comer, ni respirar sin ayuda, víctima del "síndrome de cautiverio". A pesar de ello, gracias al hospital, Bauby conseguirá aprender un nuevo idioma basado en el parpadeo de su ojo izquierdo, será así como escribirá el que ha sido el libro de su vida. Este método es capaz de abrir la prisión que resulta su cuerpo (la escafandra) permitiéndole planear sin límites en el reino de la libertad (la mariposa). De forma que Bauby crea un mundo a partir de las dos únicas cosas sobre las que conserva su control: su imaginación y su memoria. El autor murió el 9 de marzo de 1997, tres días antes de que se distribuyera el libro en el que se basa el film, por lo que Bauby no pudo disfrutar en vida de conocer que La escafandra y la mariposa se convirtió rápidamente en un best-seller.

El largometraje, un deleite en todos los sentidos, obtuvo cuatro nominaciones a los Oscars (mejor director, mejor guión adaptado, mejor fotografía y mejor montaje). Además, resultó vencedor en los Globos de Oro en las categorías de Mejor película extranjera y Mejor director para Julian Schnabel.

Un perfecto ejemplo de cómo un periodista consigue deslumbrar a pesar de sus grandes limitaciones. Una auténtica gozada.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Políticamente incorrecta

Ante todo darle las gracias. Él sabrá de quien estoy hablando cuando le eche un vistazo a esta entrada. De no llegar a ser por su exquisita recomendación, jamás hubiese tenido constancia de la serie que más y mejor me ha enganchado en los últimos tiempos, Weeds, sin duda alguna, una de las series más transgresoras y subversivas del panorama televisivo actual. El argumento es tan sencillo como polémico. En la ciudad de Agrestic, California, vive Nancy (interpretada de forma estupenda por Mary Louise Parker, la jovencita de Tomates verdes fritos), una madre de familia recién enviudada que termina vendiendo marihuana a sus vecinos sólo para poder mantener el nivel de clase media (el archiconocido 'american way of life') a la que ella y sus hijos están acostumbrados.

Cargada de sexo desenfrenado y consumo de cannabis a partes iguales. Debate inevitable en la sociedad americana y complicidad malediciente la provocada por la creadora Jenji Kohan. La responsable de Las chicas Gilmore lo tuvo claro al emprender su proyecto sobre la marihuana: "Con Weeds intenté crear una serie que se centrase en las zonas grises de la naturaleza humanade y de la vida, en contraposición con la mayor parte de las series de televisión donde todo es blanco o negro y de que todas las personas son paradigmas de la bondad o la maldad. En Weeds se une drama y comedia, ya que los protagonistas deben funcionar fuera de la moralidad convencional y deben buscar nuevos códigos morales y limitaciones".

A pesar de ello, la serie ha calado en la audiencia tanto que 2010 nos traerá la quinta temporada de Weeds, con Alanis Morisette partícipe en ocho episodios. El que haya seguido la serie desde sus inicios conoce algo que el resto de los mortales no saben: Weeds es diferente, con unos personajes especiales y unas historias siempre a la altura de las circunstancias. Un contenido con algo que contar, de forma surrealista, desenfada, no se anda con chiquitas.

La controversia ha acompañado a la serie desde que ShowTime decidiera estrenarla en el año 2005, sobre todo tras el vídeo que se añade en esta entrada y en el que se utilizó el famoso "Yes we can" de Barack Obama de una forma un tanto... verde, cambiando el título a "Yes we cannabis". Y es que la serie no se conforma con estupendos guiones, sino que la canción introductoria es una delicia. Su pegadiza Little boxes, que habla sobre el tremendo parecido de todas las vidas y casas del estadounidense de clase media.



martes, 27 de octubre de 2009

Anodino futbolista, mejor cantante


No suelo escuchar la radio por las mañanas. Empero, por temas laborales, me veo obligado cada mañana a soportar media hora de trayecto en mi pequeño pero confortable automóvil. El aburrimiento mata. Tal es el grado de tedia que puede llegar a sentir una persona, que dedica el tiempo a asuntos anodinos, por ejemplo, escuchar Hoy por hoy, programa de la Cadena Ser que siempre me ha parecido largo en demasía y que tampoco me exalta sobremanera.

Pero ir cada mañana a la redacción de Estadio Deportivo a realizar las prácticas como becario, tiene su vertiente positiva. Y es que gracias a sintonizar cada mañana el espacio de Carles Francino (eso sí, tras escuchar las bromas de ¡Anda Ya!), he conocido a un cantante brasileño con una curiosa historia. Un nombre que a los lunáticos del fútbol quizás les suene de antaño, Gustavo Almeida, otrora futbolista del Celta de Vigo.

Nacido en Río de Janeiro y pontevedrés de adopción, Almeida dejó el fútbol hace once años, para dedicarse de lleno a una de sus pasiones, la música. Con su primer disco consiguió vender más de 2.000 discos (algo loable sí tenemos en cuenta que se trata de un músico independiente), llenado salas de gran prestigio a nivel nacional e internacional.

"Cabaña", segundo disco del artista, que se presentó en 2008, hace referencia a que Almeida se considera un "albañil de la música". En palabras del cantante: "Todo lo que he conseguido ha sido por mí mismo, No tengo ningún equipo detrás. Soy consciente de que mis cds donde más se venden es en mis conciertos. Me enorgullece haber tenido que piratearme, ya que se acabaron las copias originales", declaraba en la 103.2 de la FM el brasileño.

Reggae, rock, baladas... tanto en castellano como en portugués. En un estilo que tira hacia el funk y en el que se le nota la influencia armónica y melódica de Brasil. Pero Gustavo Almeida es un músico diferente. Intenta hablar de cosas no corrientes. En sus letras no tienen cabida el empalagamiento, el "te quiero mucho", "volvamos juntos" o "lo estoy pasando mal". Como él mismo confesaba, rechaza completamente la apología a la cultura de de la dependencia humana como "sin ti yo no valgo nada".

Así pues, sí tienen ocasión, presténle un oído a "Cabaña", donde incluso hay una colaboración con Jorge Vercillo, uno de los cantantes más consolidados en Brasil y que ha vendido la friolera de cinco millones de discos. En el programa tan de moda, ese Spotify gratis que no deja de anunciarte que lo puedes adquirir pagando para eliminar los anuncios, a buen seguro podrán disponer de él.
Como futbolista eras olvidable, jamás te hubiese fichado para mi equipo, pero como cantante te daré una nueva oportunidad.


jueves, 15 de octubre de 2009

Hasta luego, Enric

A los caballeros, a las damas. A los adolescentes, a los críos y a la fauna animal. A los hijos del rock and roll, bienvenidos a este apasionante blog.
Soy un hombre o un proyecto de él como casi todos los demás; me apasiona el fútbol, ese deporte que significa algo más que veintidós hombres corriendo detrás de una pelota como lo califican algunos. Así que no quería desaprovechar mi primera entrada para dedicarme al balompié, que en los últimos tiempos, dicho sea de paso, no deja de darme disgustos (sí, soy aficionado del Betis).

Por causas aún desconocidas, Italia me entusiasma, concretamente el calcio. El país transalpino siempre ha sido cuna de grandes futbolistas... y de mafiosos. Desde este humilde espacio aprovecho para darle las gracias a Enric González, hasta hace poco periodista de El País. Y es que gracias a él he podido disfrutar en los últimos días de un libro maravilloso, Historias del calcio. Llevaba tiempo intentando conseguir un ejemplar de la citada obra, pero por una u otra razón, no me había aventurado a comprarlo. Pero como uno tiene la suerte de estar con una chica pura de corazón a la vez que sevillista, mi pareja me lo regaló ante mi sorpresa extrema al ser en el día de hoy mi cumpleaños.

Historias del calcio está compuesto por una serie de pequeños relatos, publicados en El País entre 2003 y 2007, para formar una crónica desordenada y tragicómica de la sociedad italiana, capaz de perdonarlo todo, menos el mal gusto y una derrota en un derbi.

Los italianos se consideran los inventores del fútbol, deporte al que llaman calcio (patada), como las batallas campales con balón nacidas en la Florencia medieval, y han desarrollado en torno a él muchas de sus características políticas, económicas y sociales. El calcio contiene altas dosis de violencia, pasión, fraude, dinero y disparate. Pero es también un complejo mecanismo de símbolos, un código social y, en último extremo, un lenguaje con el que un país antiguo y escéptico expresa su vieja sabiduría.

Tras leer con gozo y satisfacción el libro, quiero conocer algo más de Enric González. Cuál es mi sorpresa al descubrir que este mismo año, hace cuestión de meses, lo 'castigan' y 'despiden' del diario El País. El motivo: una columna escrita en abril en la que ataca indirectamente a los dueños del periódico, la cual el director se negó a publicar. A partir de una crítica global contra el sector empresarial, el bueno de Enric parecía cargar contra el suyo propio: "Uno lo ve todo negro. No quiero ponerme en lo peor, pero cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños". Para sacarle del puesto que ocupaba, los mandamases le encomiendan otro bien distinto: corresponsal en Jerusalén, algo nada extraño para alguien que ha ejercido como tal en Londres, Roma, París o Nueva York.

Desde el diario se vio la firma como un ataque directo. La fecha en la que columna debería haber salido a la luz pública, tuvo lugar una asamblea en la que los empleados de El País se mostraron contrarios a una reducción de sueldos, una de las medidas que se barajaban en PRISA para hacer frente a la crisis.

Empero, González dedicó alguna que otra puya al director del diario: "La dirección considera que conviene aprovechar al máximo el espacio de papel y que estas líneas serían de mayor provecho si se dedican a la televisión". El periodista catalán, fiel hincha del Espanyol se despedía de sus lectores habituales de forma escueta:
"En fin este cronista lleva unos cuantos años, seis o siete, escribiendo regularmente en las páginas de Deportes. Pese a ello, han seguido siendo las páginas mejor escritas del periódico. Ha sido un honor firma junto con los mejores profesionales del género, pero no conviene abusar. El cronista se toma una pausa, más o menos larga. Gracias por la paciencia. Hasta luego".

Jarro de agua fría para los futboleros, para aquellos que aman ese lugar donde la palabra y el balón caminan juntos de la mano. Hasta nuevo aviso, su columna en la antepenúltima de El País, ese rincón para el escépticos, no volverá a publicarse. Ni los éxito de lectores ni los premios obtenidos han sido suficientes para manterle en una seccion incómoda para Prisa desde la que González disparaba cada día con elegancia a su propia corporación en su espacio 'Cosa de dos', donde escribía más o menos de lo que quería con un tono mordaz y cínico. Anteriormente, deleitaba los lunes con 'Cenizas de fútbol'. González consideró que "no hay que preocuparse si desaparece del periódico alguna información, cada uno tiene la suya. Hace falta más información y, dentro de mis posibilidades, en mi nuevo destino, intentaré conseguirla, comprenderla, escribirla y publicarla", a modo de despedida.

En fin, querido Enric, te acabo de conocer... y ya te echo de menos.

http://www.caspa.tv/archivos/001261.html (ENTREVISTA A ENRIC GONZÁLEZ)